Activa más sentidos, todos los posibles, para generar experiencias únicas y memorables. Recuerda que hay muchas oportunidades más allá de la vista y de la escucha.

Dales la vuelta a las cosas. Haz del defecto una virtud, prueba hacer lento lo que es acelerado, variable lo que es fijo, e invierte situaciones a ver qué te dicen.

Obtén un sub-producto o resultado colateral de valor, pero sin ningún coste, porque se genera como consecuencia de hacer la tarea principal.

Añade capas de información, en soportes y formatos originales, para aumentar la percepción de valor de un producto o servicio.

Saca provecho de los “tiempos muertos”. Mientras haces una actividad que tienes que hacer y consume tiempo, aprovechas para hacer otra de valor.

Haz transparente un producto, servicio o proceso de gestión para aportarle más belleza, utilidad, confianza y mejorar, en general, la calidad de la experiencia del cliente o usuario.

Coloca un producto, servicio o negocio en el sitio más inesperado: ¿dónde puedo poner esto que nadie se lo espera?

Combina conceptos, productos, servicios y perfiles de personas que habitualmente nunca se ven juntos. Fomenta la mezcla radical y concilia conceptos contrapuestos.

Usa métodos aleatorios como mecanismo de selección más justo y efectivo. Provoca oportunidades de serendipia.

Rediseña procesos, productos, servicios e interfaces para hacerlos más sencillos, cómodos, intuitivos y amigables. Evita la sobre-especificación y el exceso de complejidad.

Permite al cliente o usuario que realice una parte o todo el proceso. Dale las herramientas para que adapte, por su cuenta, la oferta a sus necesidades. Fomenta la cultura Maker.

Aplica mecánicas propias de juegos en contextos ajenos a estos con el objetivo de incentivar un determinado comportamiento o acciones concretas de los usuarios.

Externaliza desafíos o tareas a la “multitud”, a través de iniciativas con voluntario/as, como hace la Wikipedia, para aprovechar la inteligencia colectiva.

Explota las sinergias que existen de combinar personas y recursos en configuraciones de red. Saca provecho de los recursos ociosos y de la llamada economía colaborativa.

Explora todas las necesidades que tienen los usuarios en un contexto concreto y diseña productos o servicios multifuncionales que las satisfagan de forma conjunta.

Convierte servicios en productos. Paquetiza servicios en forma de productos para hacer más fácil su distribución, llegar a más usuarios y propiciar el escalado.

Convierte los productos en servicios o añade capas de servicios a productos existentes. Permite que los usuarios “dispongan”, en vez de que tengan que comprar.

Empodera a los usuarios para que puedan personalizar, ampliar o reenfocar el uso de los productos que les ofreces. Diséñalos abiertos para que exploren nuevas posibilidades.

Microsegmenta productos y servicios para atender nichos muy específicos que están desatendidos poniendo a funcionar estrategias ingeniosas de especialización.

Introduce en tus productos y servicios dosis de humor y de provocación saludables que los hagan memorables. No seas tan serio/a. Informaliza y haz más desenfadada a tu oferta.

Convierte lo que suele ser feo, o gris, en bello. Añade capas de valor estético a tus productos y servicios a través del diseño.

Aprovecha la capacidad creativa y exploratoria del arte, en todas sus manifestaciones, para valorizar productos o servicios, y cuestionar premisas de tu negocio.

Haz más ágiles los procesos y servicios de tu organización. Quita grasa y deja músculo, a través de metodologías “lean” que ayudan a prescindir de lo que no aporta valor.

Acorta la cadena productor-consumidor y/o crea nuevos modelos de intermediación, tipo Marketplaces, que mejoren la eficacia y eficiencia de las interacciones.

Recicla todo lo que puedas. Convierte algo que no vale nada en un producto, servicio u oferta de valor. Potencia enfoques del tipo “Trash-to-cash”.

Usa objetos, productos o servicios en aplicaciones disruptivas, no previstas jamás en su diseño original.

Añade capas de datos virtuales a situaciones reales, buscando “aumentar” la calidad de la experiencia del usuario en su interacción con el producto o servicio.

Recupera lo esencial de las cosas. Vuelve a los orígenes. Actualiza el pasado a través de “lo retro”. Prueba las oportunidades de seguir un enfoque artesanal para lo que haces.

Fracciona pagos y donaciones para que “muchos paguen poco” en vez de “pocos paguen mucho”. Explora las posibilidades del CrowdFunding para democratizar la financiación.

Prueba materiales imposibles en productos u objetos en los que nunca se han utilizado para generar un efecto sorpresa en los clientes o usuarios.

Permite que los usuarios prueben primero tu producto o servicio, antes de tener que comprarlo, desde un buen enfoque de “marketing de experiencias”.

Descubre una dosificación ideal, que se ajuste de forma óptima a las necesidades de determinados clientes, que todavía nadie haya introducido en tu producto o servicio.

Regala una parte básica, pero cobra las capas añadidas. Primero lo “free”, para que conozcan tu producto/servicio, y después lo “premium”.

Lleva a casa de los clientes productos o servicios que no suelen ofrecerse a domicilio pero que añaden valor a la experiencia.

Introduce en tu producto o servicio componentes y atributos que mejoren el bienestar y la salud de los usuarios. Convierte ofertas nocivas en saludables.

Concibe tu oferta desde un compromiso genuino con la sostenibilidad. Impulsa conceptos “eco”, que tengan en cuenta tanto a la naturaleza como a la dignidad humana.

“Empotra” abundante información en objetos y sujetos en movimiento utilizando RFID y otras tecnologías. Aprovecha las oportunidades del Internet de las Cosas.

Convierte las cosas que son fijas en móviles. Mejora las prestaciones y funcionalidad de un producto u objeto haciéndolo portátil.

Concibe colecciones o “series”, que el usuario se vea interesado en completar, para generar interacción y conversación alrededor de “ellas. Aplica la lógica de los cromos.

Facilita la gestión y monitorización a distancia de productos o servicios, donde esto parecía imposible, para hacerlos más cómodos y ahorrar desplazamientos.

Multiplica la percepción de valor de tu producto/servicio añadiendo atributos únicos y/o valor emocional. “Bomboniza”, miniaturiza, hazlo delicatessen.

Prioriza unos principios, con un valor ético y/o social, con máxima coherencia. Define esos valores y entonces diseñas y gestionas todo el negocio supeditado a ese propósito.

Convierte átomos en bits. Parametriza y simula digitalmente procesos y actividades de testing y/o aprendizaje que son costosos o arriesgados en el mundo físico.

Aplica el paradigma de Ganar-Ganar combinando negocios que generan sinergias entre sí. Une segmentos improbables para aumentar el valor conjunto.

Ralentiza el ritmo, disfruta el proceso, convierte la lentitud en virtud. Inspírate en el Movimiento Slow.