En la mayoría de las empresas hay tareas y funciones que podrían, y convendrían, automatizarse no solo para ahorrar mano de obra, sino también para acceder vía Internet a mercados externos a los que no se puede llegar con una presencia física.
Una vez que se consiguen automatizar, aunque sea parcialmente, se hace mucho más viable su escalado, que es algo que tiene un gran interés para cualquier proceso de expansión empresarial.
Para automatizar se necesita digitalizar procesos, o en palabras del gurú Nicholas Negroponte, “convertir átomos en bits”.
Y para digitalizar resulta imprescindible “parametrizar”, o sea, descomponer los procesos en atributos y operaciones que sirvan para generar modelos que simulen lo mejor posible la realidad que se pretende automatizar.
También hay un deseo de personalizar, de tratar al cliente por su nombre y no como un número. Obviamente, para conseguir ese efecto no podrá ser el mismo producto/servicio estándar, sino que exigirá muchos cambios desde su diseño o apariencia propiamente dicha, hasta el envase, la forma de comunicarlo y la emoción que se le pueda añadir, así como la excelencia del servicio que le acompañe
Los proyectos de automatización que consisten en desarrollar simuladores son bien valorados sobre todo para:
Imaginemos, por ejemplo, que una empresa vende un tipo de equipamiento que necesita una revisión o mantenimiento anual y su consiguiente desplazamiento de los técnicos. Esto conlleva costes elevados e impide que estos equipos puedan exportarse. Pues una solución puede ser “parametrizar” los detalles del proceso de mantenimiento y generar un modelo digitalizado donde se introduzcan los datos desde el cliente, con el fin de que el servicio se pueda ofrecer a distancia.
Existen muchas otras posibilidades. Por ejemplo, una empresa que realiza análisis físico-químicos altamente especializados y que en lugar de tener que recoger una muestra física, diseña un interfaz digital para que el cliente introduzca los datos que se pidan de su muestra y pueda recibir a través de la misma web los resultados del análisis. O un fabricante de moldes de plástico que mediante un simulador facilita al cliente desde cualquier parte del mundo que “dibuje” y “parametrice” el tipo de molde que necesita que se le fabrique.
En el ámbito del asesoramiento deportivo, estamos viendo la expansión de simuladores que ayudan a mejorar el rendimiento de los atletas y a ofrecer un servicio consultoría a distancia. Un caso interesante fue Sport Academy, una empresa creada por el padre del tenista Sergi Bruguera que funcionaba como una “escuela virtual” para los jugadores de tenis y golf que querían mejorar su eficacia trabajando aspectos biomecánicos de sus movimientos.
Para trabajar este molde te invitamos a hacerte estas preguntas pensando siempre en tu organización o proyecto de empresa:
Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:
camisería a medida por Internet
simulando riesgos para formar en prevención
los simuladores de negocios