Éste es uno de los moldes o metáforas que ofrecen las oportunidades más extraordinarias para innovar y que suele pasar más desapercibido por parecer de sentido común.
Leonardo Da Vinci, ese genio que dominaba una gran diversidad de disciplinas decía: «La simplicidad es la mayor sofisticación«. Y así es, no es nada fácil conseguirla.
Menos, es más:
Consiste en simplificar, hacer más sencillo, un producto, servicio o proceso. Busca hacer las cosas lo más intuitivas y simples que sea posible, suprimiendo lo superfluo, reduciendo los costes de la complejidad, siendo más inclusivos y facilitando al máximo la comunicación de los conceptos
Vivimos en una sociedad donde rendimos un excesivo culto a la tecnología, y en muchos casos parece que vivimos bajo la dictadura de la-tecnología-por-la-tecnología. Los mercados son testigos de una multitud de servicios y productos sobreespecificados tecnológicamente, que solo se justifican como una mera novedad tecnológica. Es común que estos productos incorporen múltiples funciones, pero que después solo se use el 20-30% de ellas.
En el ámbito de los servicios, tenemos un concepto equivalente, el de los llamados consumidores “sobreservidos”, a los que se les atiborra de una sobre-oferta que excede sus necesidades.
Todo esto entraña una oportunidad para las empresas que sean capaces de revertir esta situación y encontrar fórmulas innovadoras que apuesten por la simplificación.
Un ejemplo de empresario que ha aprovechado bien este concepto para innovar es Richard Branson, el fundador de Virgin, que ha sido un genio en el uso de este enfoque. Casi todos los negocios que lanza intentan explotar el atributo “simplicidad”, y se plantean como objetivo popularizar-cosas-complejas.
La simplificación puede introducirse en el diseño del producto, la distribución, el mensaje y los precios. Algunas empresas consiguen estupendos resultados solo “empaquetando” mejor su oferta mediante opciones-a-precio-fijo que son más fáciles de entender por los clientes. Es lo que hizo en su momento EasyRentaCar.
Otra opción para simplificar es el modelo Low-cost, que tiene varios puntos en común con las oportunidades anteriores. Se trata, precisamente, de simplificar la cadena de valor del negocio suprimiendo todo lo superfluo que permita bajar costes.
Pero la innovación que hay que hacer para conseguirlo es paradójicamente compleja, porque no es fácil ver lo que otros no han visto, y atreverse a hacer lo que otros no se han atrevido. Reducir costes es un acto que combina sagacidad y coraje. Pero también, y sobre todo, una gran empatía hacia las expectativas del cliente o usuario para saber qué se puede quitar porque éste valora menos, y qué no.
La simplicidad tiene un precio. En pos de ella hay que renunciar a otras ventajas y a otros valores. No puedes construir algo simple que sea a la vez exhaustivo, completo y perfecto.
Uno de los retos que tienen las empresas innovadoras es intentar simplificar y humanizar la interacción de sus clientes con la tecnología. En este ámbito hay muchísimas oportunidades para diferenciarse en el mercado.
Según el experto John Maeda, una de las maneras más sencillas de alcanzar la simplicidad es mediante la reducción razonada. Es decir: “si tienes dudas sobre la inclusión de alguna idea, o un elemento, elimínalo y deja solo lo imprescindible”.
El propio Maeda indica que organizarse mejor permite también que un sistema complejo parezca más sencillo. Por ejemplo, agrupar elementos comunes ayuda a que se entienda todo mejor. Por último, destaca la oportunidad que significa el ahorro de tiempo como fuente de simplificación en productos, procesos y servicios.
Tienes que tener mucha determinación en buscar la simplicidad. A la gente le gusta lo elemental pero no muchas personas están dispuestas a invertir tiempo y recursos en simplificar las cosas.
Para trabajar este molde te invitamos a hacerte estas preguntas pensando siempre en tus productos, servicios, organización, o proyecto:
Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:
simplificando como estrategia
pondera lo importante
líneas aéreas de bajo coste
simplificando el interfaz
desmontando burocracia en la Administración
simplificando la oferta y los precios