45 metáforas y moldes creativos para innovar

11-HAZLO TÚ MISMO/A

MOLDE 11

HAZLO TÚ MISMO/A (DIY)

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Como explica la Wikipedia, la ética del “Hazlo tu mismo” o DIY (“Do It Yourself”) estuvo asociada originalmente a la ideología Punk y los movimientos anticapitalistas, que rechazaban la idea de tener que comprar a otros las cosas que se necesitan. Aplicado en rigor, significaría fabricar y/o reparar las cosas por uno mismo, con el fin de ahorrar dinero, entretenerse, aprender o, simplemente, practicar la ética de la autonomía.

Pero en la actualidad esta filosofía se ha expandido a otros ámbitos, incluyendo, paradójicamente, enfoques de negocio que buscan precisamente diversificar y flexibilizar la capacidad del capitalismo para adaptarse a un nuevo contexto en el que la ciudadanía, y los clientes, reclaman más control sobre la oferta.

La lectura más empresarial del modelo DIY consiste en convertir un producto o servicio cerrado y completo, en una oportunidad de aprendizaje, satisfacción y autonomía para el usuario, que es ahora quien lo concibe, fabrica, integra y/o completa usando las herramientas, materiales, piezas y/o instalaciones que facilita la empresa como parte de su oferta de valor.

Cabe insistir que la filosofía DIY tiene muchas lecturas y formas de aplicarse. Aquí nos estamos limitando al más empresarial. De hecho, se podría cambiar el enfoque para explorar miradas alternativas como la llamada “Cultura Maker”, que pone el énfasis en el aprendizaje a través del hacer en un ambiente social, y en impulsar prácticas de autoconsumo.

El DIY suele asociarse sobre todo a compartir trucos, ideas e inventillos para bricolaje, manualidades, decoración del hogar o reparaciones domésticas. Pero en este molde hablamos de modelos de negocios realmente innovadores. Se trata de una filosofía que está suponiendo una oportunidad de generar nuevos modelos de negocio que conceden más protagonismo a los clientes/usuarios.

Aunque el concepto pone el énfasis en la idea de la autogestión, está siendo promocionado por las empresas como estrategia para dar salida a productos que de otra forma costaría vender, con la idea de diversificar su cartera, o para diferenciarse. Por eso, en este molde nos centraremos solo en dos dimensiones del DIY (lo que, insistimos, puede ser una mirada demasiado limitada): 1) Ofrecer la posibilidad de AUTOSERVICIO, 2) Facilitar la PERSONALIZACIÓN a la carta.

Cuando pensamos en términos de “autoservicio”, una parte de la creación de valor se transfiere al cliente a cambio, habitualmente, de un precio más bajo del servicio o producto. Esto es especialmente adecuado para los pasos del proceso que agregan relativamente poco valor percibido para el cliente pero que, en cambio, generan altos costes para el proveedor. Este es el caso, por ejemplo, de IKEA, que deja en manos del cliente la elección y ensamblaje de las piezas de sus muebles. O negocios como McDonald’s, que fue de los primeros en trasladar a los clientes la lógica de autoservicio en sus establecimientos.

La línea de “personalización”, asociada al DIY, trata de implicar a los clientes o usuarios en el diseño y la composición de la oferta final, generándole así cierta sensación de control sobre lo que recibe. La estrategia más extendida para conseguir esto son los sitios-web que proporcionan a los clientes el soporte necesario para elegir entre múltiples opciones y participar en el co-diseño de la oferta que desean.

Un enfoque más rico, y pleno, para experimentar lógicas de DIY es conectarla con la cultura maker, y los aprendizajes vitales que ésta genera. Por ejemplo, una empresa de muebles que, en lugar de vender “su” mueble, invita al cliente a que traiga su propio diseño y lo fabrique él mismo siguiendo un modelo de “fábrica abierta”. Otro caso sería que en lugar de contratar a una empresa el envío de un profesional que vaya a tu casa a arreglarte el jardín, te ofrezca un paquete que incluya equipamiento + semillas + insumos + formación para que te conviertas en tu propio jardinero.

Los motivos u objetivos que las empresas buscan con innovaciones del tipo “hazlo tu mismo” pueden ser muy variados. Éstos son, en principio, los cinco más frecuentes:

  1. LÚDICO: Para ofrecer al cliente una experiencia lúdica, de ocio, que añada valor a su interacción con el producto/servicio.
  2. APRENDIZAJE: Algunos productos pueden incorporar elementos de DIY para generar en los clientes más curiosos (usuarios-Geek) una oportunidad de aprendizaje. El producto añade una faceta formativa a la experiencia de consumo.
  3. COSTES: Puede aprovecharse el DIY para que el cliente asuma parte del proceso de elaboración del producto, y así reducir el precio final.
  4. IMPLICACIÓN EMOCIONAL: Se busca provocar una mayor satisfacción en el cliente al generar una sensación de autonomía y de sentido de pertenencia. Un producto o servicio «hecho por uno mismo» puede reforzar la autoestima y el espíritu de autogestión en aquellos clientes que lo buscan.
  5. PERSONALIZACIÓN: La posibilidad de que el cliente “personalice” el producto que quiere, a partir de un menú amplio, añade flexibilidad. Se sigue el principio de autoservicio con la idea de “customizar”, para que el cliente tenga la sensación de que sirve a la carta.

Piensa, entonces, en qué ámbitos de tu negocio puedes explotar alguna de las cinco motivaciones u objetivos citados antes.

RECOMENDACIONES DE USO

  • El modelo DIY no solo se aplica a productos, sino que es extrapolable también a la gestión de proyectos y de organizaciones. Es una fuente de oportunidades de innovación en los procesos de gestión porque lo que busca es introducir dinámicas más participativas en los usuarios y empleados, para generar en ellos una mayor implicación y sentido de pertenencia (“en lugar de darte todo hecho, hazlo tú mismo”). Es recomendable adoptar esta visión más amplia a la hora de aplicar este molde.
  • Como norma general, deberíamos fijarnos en si lo que queremos ofertar tiene algún componente susceptible de ser transformado en una experiencia de aprendizaje para el consumidor, porque ese es el gran valor que recibe el cliente junto con un producto o servicio por terminar: la personalización y el aprendizaje.
  • El elemento emocional es muy importante. No es solo una cuestión de reducir costes, ni de flexibilidad, sino que hay también un componente cultural o de autonomía personal. Esta faceta es clave a la hora de concebir modelos DIY.
  • Es recomendable dejar opciones abiertas en el diseño de los productos/servicios/procesos para incitar a la participación de los clientes. Intenta aprovechar el open-source y open-hardware, potenciándolo y mejorándolo. Las opiniones de los usuarios son fundamentales para definir y mejorar los productos (te recomendamos profundizar en este enfoque con el molde-18 “Déjalo Abierto”).
  • Una premisa clave para el desarrollo de innovaciones de este tipo es generar opciones de ensamblado de piezas y subconjuntos, en forma de kits, y documentar adecuadamente el proceso de montaje/ensamblaje mediante guías sencillas y auto-explicativas.
  • Para la viabilidad de este molde, es fundamental que se asegure transparencia y franqueza de cara al cliente, con el fin de que éste sienta confianza y se atreva a implicarse.
  • El desarrollo de este modelo para innovar viene asociado habitualmente a soportes digitales, y exige una apuesta decidida por el negocio online y las redes sociales.

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN

Para trabajar este molde te invitamos a hacerte estas preguntas pensando siempre en tu organización y/o proyecto de empresa:

  1. ¿Tu producto/servicio/proceso da juego para generar alguna experiencia lúdica o de ocio en el cliente/usuario si éste toma control de parte del mismo?
  2. ¿Tu producto/servicio/proceso puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje que valore el cliente/usuario si consigues entregarlo abierto, para que él lo termine? ¿Puedes convertirlo en una fuente para aprender, en una herramienta “formativa”? ¿Es posible dirigirlo a un tipo de cliente específico que es particularmente curioso y que valoraría mucho esta faceta?
  3. ¿Puedes “paquetizar” parte del proceso de elaboración del producto/proceso y traspasarla al cliente en forma de kits para reducir costes? ¿Es técnicamente posible que el cliente (o cierto tipo de cliente) asuma una parte por su cuenta?
  4. ¿Existe algún componente emocional en tu producto/servicio/proceso que valoraría el cliente/empleado si se potencia el sentido de autonomía? ¿Tu negocio o actividad puede mejorar su imagen si refuerza el espíritu de autogestión?
  5. ¿Podrías parametrizar los atributos más importantes por los que se adquiere tu producto o servicio, y generar a partir de esos atributos una variedad amplia de opciones que permitan cierta personalización? ¿Es técnicamente viable trasladar ese menú de opciones a un soporte digital que haga eficiente la tarea de elegir?
  6. ¿En tu negocio la “customización” es un criterio importante de compra? ¿Los clientes en tu sector se quejan de comprar productos/servicios demasiado cerrados y estandarizados?
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EJEMPLOS PARA INSPIRARTE

Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:

HTM Boxes

nadie cuida de tu coche como tu

MyOrbea (MYO)

diseña tu bici

Ikea

arma tu mueble

Alquila tu gallina

¿quieres huevos frescos?

MyMuesli

Cereales personalizados

Curiosite

juguetes DIY

We are Knitters

Kits para tejer

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