En el molde-16 de InnoBox se explicaban las ventajas de convertir servicios en productos, o lo que se da en llamar con ese nombre tan raro de “Productizar”. Pues ahora, en este molde, vas a hacer el viaje al revés.
En InnoBox+ usamos el término “Servitizar” en un sentido más restrictivo de como se utiliza habitualmente. Es así porque hacemos referencia, en este molde, a los casos específicos en los que un producto se convierte, se transforma, en un servicio. Es decir, aquellas situaciones en las que dejas de vender un producto, para vender un servicio. Y dentro de esa lógica, nos vamos a centrar más en explorar las posibilidades asociadas al dilema de “Disponer vs. Tener”, como se explicará seguidamente. Aclaramos esto porque hay otras formas más versátiles de abordar el reto de la “servitización”, y que consisten en añadir capas de servicios que se venden junto con el producto propiamente dicho. Es decir, en este segundo caso, no sustituyes la venta del producto, sino que la complementas ofertando, además, servicios añadidos.
La sociedad actual empieza a ver con cierta simpatía la idea de “disponer” en lugar de “tener”, sobre todo por la rápida obsolescencia de los productos y el deseo de sustituirlos en ciclos cortos. Esta tendencia abre a las empresas muchas oportunidades de enfocar la oferta de productos como una venta de servicios.
Disponer vs. Tener = Este modelo consiste, ni más ni menos, en convertir “productos” en “servicios” = Piensa en productos que ahora se venden e imagina fórmulas ingeniosas para alquilarlos añadiéndoles servicios de valor.
El cliente no compra un producto, sino que lo alquila. Esto reduce el capital que normalmente se necesita para obtener acceso al producto. La compañía proveedora puede obtener así mayores ganancias en cada producto, ya que cobra por la duración del período de alquiler. Ambas partes se benefician de una mayor eficiencia en la utilización del producto, ya que el tiempo de no uso se reduce en cada uno.
Un ejemplo conocido es el software, que gracias al desarrollo de Internet, se gestiona a menudo como un “servicio” en lugar de un “producto” (modalidad ASP o lo que llamamos “computación en la nube” – Cloud Computing).
Esta tendencia se hace patente también en otros sectores como la “venta” de coches y otros activos vía renting. Se trata, desde luego, de un “modelo” que puede ser extrapolado a productos y servicios insospechados.
Una razón que empuja con más fuerza a poner el énfasis en servicios de valor añadido es la creciente competitividad de los productos industriales que provienen de las economías emergentes de Asia y América Latina. Europa no tiene ventajas de eficiencia en la producción industrial, pero sí una cultura de servicios y un conocimiento del mercado que deben aprovechar más sus empresas.
Suelen explotarse tres variantes en este tipo de ofertas:
Para trabajar este molde te invitamos a hacer estas preguntas pensando siempre en tu organización o proyecto de empresa:
Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:
servitizando el agro
productos químicos
ropas y complementos de lujo en alquiler
servicios de música a la carta vs. venta de discos
Círculo de Lectores, clubes de Vino y otros
alquila un perro