Como bien explica la revista Emprendedores, si hace unas décadas, los únicos servicios que se ofrecían a domicilio eran, básicamente, los profesores particulares, ahora casi cualquier tipo de negocio puede adaptarse para llevarse hasta el hogar.
Es cierto que la oferta ha estado siempre presente, pero se han producido una serie de cambios de hábitos, además de la facilidad que existe con la comunicación, incluido Internet, que están propiciando una mejor acogida de estos servicios en el mercado, y la aparición asociada a esta tendencia de emprendedores que lanzan nuevos negocios siguiendo este modelo.
Por ejemplo, explica Emprendedores, a esta tendencia no sólo ha contribuido la prolongación de horas en el trabajo, sino también una nueva visión del ocio, más íntimo y personalizable. Baste, por ejemplo, comprobar cómo acciones tan comunes hace unos años como salir al cine o ir a las salas de recreativos han visto reducidas su frecuencia considerablemente; la gente prefiere invertir en un home cinema o una videoconsola y pasar el tiempo tirados en el sofá. Reconozcámoslo: somos más caseros, más cómodos, y preferimos la confortabilidad del hogar al bullicio de los espacios públicos.
Asimismo, hace unos años se veía extraño y elitista el que un profesional acudiese a tu casa. En la actualidad, la extensión de las jornadas de trabajo y la globalización de estos servicios han permitido que esta práctica sea de lo más corriente. Internet ha ayudado, y mucho, a esta expansión. Todas estas razones han contribuido a que aparezca una nueva generación de empresas de servicios a domicilio.
Los servicios “a domicilio” tratan de aprovechar la brecha de expectativas que dejan los negocios convencionales, explotando el refrán de: “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”
Por cierto, cabe aclarar que aquí hablamos, básicamente, de que lo que se oferta “a domicilio” son servicios, porque el envío de productos físicos a las casas de los clientes ya forma parte de la transformación digital de negocios y de la explosión del comercio electrónico, una tendencia que se puede tratar en un espacio distinto a este. Por lo tanto, el razonamiento que vamos a aplicar aquí, y los ejemplos citados, son todos de servicios que habitualmente se prestan en tiendas físicas pero que, en este caso, son llevados a domicilio.
En primer lugar, pensemos qué ventajas pueden buscar los clientes para querer disponer de estos servicios en sus domicilios, y entonces te invitamos a que pienses tú cómo esos beneficios se aplican a tu sector, o al negocio que te gustaría emprender:
Por ampliar un poco la mirada, hay diferentes formas de enfocar este modelo. La más típica, y principal, es que el servicio o producto se lleve directamente al domicilio de cada cliente. Pero también se puede extender la idea a dos versiones alternativas que, no siendo exactamente lo mismo, pueden servirte de inspiración para “extender” este molde:
Organizar encuentros en el domicilio de algún cliente, al que acudan amistades y personas relacionadas para conocer el producto y encargar sus compras al vendedor que los presenta. Tampoco es estrictamente “a domicilio”, porque las personas que asisten deben desplazarse, pero el entorno que se utiliza y el hecho de que sea un cliente quien ofrezca su vivienda para presentar y comercializar esos productos (en lugar de una tienda física), lo aproxima de cierto modo a este modelo. Ejemplos bastante conocidos de este enfoque son las “reuniones de Tupperware”, en todas sus versiones actualizadas, que incluyen, cómo no, la moda de los “Tuppersex”.
Para trabajar este molde te invitamos a hacerte estas preguntas pensando siempre en tu organización o proyecto de empresa:
Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:
entrenadores personales a domicilio
Lavado ecológico de vehículos a domicilio
pon orden en tu vida con ayuda en domicilio
atención de mascotas a domicilio
servicios de lavandería para personas sin hogar