45 metáforas y moldes creativos para innovar

10-SIMPLIFICA

MOLDE 10

SIMPLIFICA

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Éste es uno de los moldes o metáforas que ofrecen las oportunidades más extraordinarias para innovar y que suele pasar más desapercibido por parecer de sentido común.

Leonardo Da Vinci, ese genio que dominaba una gran diversidad de disciplinas decía: «La simplicidad es la mayor sofisticación«. Y así es, no es nada fácil conseguirla.

Menos, es más:

Consiste en simplificar, hacer más sencillo, un producto, servicio o proceso. Busca hacer las cosas lo más intuitivas y simples que sea posible, suprimiendo lo superfluo, reduciendo los costes de la complejidad, siendo más inclusivos y facilitando al máximo la comunicación de los conceptos

Vivimos en una sociedad donde rendimos un excesivo culto a la tecnología, y en muchos casos parece que vivimos bajo la dictadura de la-tecnología-por-la-tecnología. Los mercados son testigos de una multitud de servicios y productos sobreespecificados tecnológicamente, que solo se justifican como una mera novedad tecnológica. Es común que estos productos incorporen múltiples funciones, pero que después solo se use el 20-30% de ellas.

En el ámbito de los servicios, tenemos un concepto equivalente, el de los llamados consumidores “sobreservidos”, a los que se les atiborra de una sobre-oferta que excede sus necesidades. 

Todo esto entraña una oportunidad para las empresas que sean capaces de revertir esta situación y encontrar fórmulas innovadoras que apuesten por la simplificación.

Un ejemplo de empresario que ha aprovechado bien este concepto para innovar es Richard Branson, el fundador de Virgin, que ha sido un genio en el uso de este enfoque. Casi todos los negocios que lanza intentan explotar el atributo “simplicidad”, y se plantean como objetivo popularizar-cosas-complejas.

La simplificación puede introducirse en el diseño del producto, la distribución, el mensaje y los precios. Algunas empresas consiguen estupendos resultados solo “empaquetando” mejor su oferta mediante opciones-a-precio-fijo que son más fáciles de entender por los clientes. Es lo que hizo en su momento EasyRentaCar.

Otra opción para simplificar es el modelo Low-cost, que tiene varios puntos en común con las oportunidades anteriores. Se trata, precisamente, de simplificar la cadena de valor del negocio suprimiendo todo lo superfluo que permita bajar costes. 

Pero la innovación que hay que hacer para conseguirlo es paradójicamente compleja, porque no es fácil ver lo que otros no han visto, y atreverse a hacer lo que otros no se han atrevido. Reducir costes es un acto que combina sagacidad y coraje. Pero también, y sobre todo, una gran empatía hacia las expectativas del cliente o usuario para saber qué se puede quitar porque éste valora menos, y qué no.

La simplicidad tiene un precio. En pos de ella hay que renunciar a otras ventajas y a otros valores. No puedes construir algo simple que sea a la vez exhaustivo, completo y perfecto.

Uno de los retos que tienen las empresas innovadoras es intentar simplificar y humanizar la interacción de sus clientes con la tecnología. En este ámbito hay muchísimas oportunidades para diferenciarse en el mercado.

Según el experto John Maeda, una de las maneras más sencillas de alcanzar la simplicidad es mediante la reducción razonada. Es decir: “si tienes dudas sobre la inclusión de alguna idea, o un elemento, elimínalo y deja solo lo imprescindible”.

El propio Maeda indica que organizarse mejor permite también que un sistema complejo parezca más sencillo. Por ejemplo, agrupar elementos comunes ayuda a que se entienda todo mejor. Por último, destaca la oportunidad que significa el ahorro de tiempo como fuente de simplificación en productos, procesos y servicios.

RECOMENDACIONES DE USO

  • Piensa cómo lo han hecho las compañías aéreas (es “la metáfora” que te proponemos): de qué puedes prescindir en tu sector y cómo optimizar operaciones para ofrecer los precios más bajos posibles sin castigar demasiado la calidad. La clave está en detectar y saber reducir todos los “costes de complejidad”.
  • Según Fernando Trias de Bes, la simplicidad solo puede obtenerse tras un gran esfuerzo de síntesis (…) tras captar la esencia de un problema. Solo puede lograrse si uno domina muy bien lo que se trae entre manos. Sin comprensión profunda no hay simplicidad. Nos propone, sin decirlo explícitamente, una especie de “Test de la Simplicidad”. Según él, las ideas simples tienen tres rasgos inconfundibles: 1) La primera sensación es que se nos podía haber ocurrido a nosotros. 2) Otro rasgo es que es casi imposible modificar la idea sin estropearla o convertirla en compleja, 3) Inmediata asimilación por los demás.

Tienes que tener mucha determinación en buscar la simplicidad. A la gente le gusta lo elemental pero no muchas personas están dispuestas a invertir tiempo y recursos en simplificar las cosas.

  • La simplicidad no surge como resultado de una eliminación de lo superfluo. Esto es fundamental que se entienda, porque la búsqueda de la simplicidad es un proceso bastante más complejo. La estrategia de “podar” lo accesorio no sirve siempre para alcanzar la simplicidad.

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN

Para trabajar este molde te invitamos a hacerte estas preguntas pensando siempre en tus productos, servicios, organización, o proyecto:

  1. ¿Puedes simplificar tu forma de comunicar? ¿Has pensado en darle un vuelco a tu web y demás canales digitales para hacerlos más sencillos e intuitivos?
  2. ¿Te puede convenir desarrollar una línea de negocio, o diversificar tu cartera de negocio, introduciendo lógicas de “low cost” en algunos de tus productos/servicios? ¿Para clientes muy sensibles al precio y que se conforman con servicios más básicos, puedes suprimir prestaciones y partes de tu servicio/producto para reducir costes?
  3. ¿Puedes innovar en tu política de precios para hacerla mucho más sencilla, más fácil de comunicar, y de comprender por los usuarios? (piensa en esta oportunidad sobre todo si la fijación de precios en el producto/servicio que ofreces genera incertidumbre o resulta muy compleja para el cliente)
  4. ¿Has pensado si algunos de tus (tipos de) clientes están “sobreservidos” con una oferta que excede sus necesidades? ¿Ves posibilidades de simplificarla para ajustarla a sus expectativas?
  5. ¿Hay procesos internos en tu empresa que son demasiado complicados de gestionar y que podrían agilizarse notablemente con un esfuerzo de simplificación?
  6. ¿Vendes productos “sobreespecificados” tecnológicamente, con funcionalidades que pocas veces usan los clientes? ¿Conoces algún segmento de clientes que estaría encantado de que le ofrezcan versiones más simplificadas, más intuitivas? (Ej.- Mandos a distancia, Móviles para personas de la tercera edad).
  7. ¿Ves alguna oportunidad de simplificar productos/servicios complejos mediante interfaces más didácticos e intuitivos que permitan acercarlos a segmentos de mercado que no los compran porque no los entienden?
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EJEMPLOS PARA INSPIRARTE

Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:

BaseCamp

simplificando como estrategia

Ley de Pareto

pondera lo importante

Low-cost

líneas aéreas de bajo coste

Mandos a distancia

simplificando el interfaz

Lectura Fácil

desmontando burocracia en la Administración

Dollar Shave Club

simplificando la oferta y los precios

ENLACES PARA APRENDER MÁS

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