Elegir a las personas, o los objetos, siguiendo unos criterios predeterminados, no siempre es la mejor opción. A menudo, el mecanismo usado para definir esos criterios o filtros están viciados por intereses o sesgos, que dan como resultado una muestra deficiente o que no responde bien a los objetivos que se buscaban.
Por eso, para ciertas condiciones, la selección al azar puede ser un mecanismo alternativo que funcione bastante mejor de lo que muchos creen. Este molde te invita a considerar este método de filtrar ideas, personas u objetos como una opción más que interesante.
Selección aleatoria:
Usar métodos aleatorios, o sea, al azar, como un mecanismo de selección más justo y efectivo, provocando al mismo tiempo, oportunidades de serendipia.
La “serendipia” o “serendipidad” es un descubrimiento afortunado, algo que se encuentra por sorpresa buscando otra cosa. Ese efecto es bastante habitual en los procedimientos aleatorios.
Que el azar funcione como filtro tiene muchas ventajas. Por ejemplo, no hay proceso más justo que el aleatorio porque todos los participantes tienen la misma posibilidad de ser elegidos. La selección aleatoria se usa en situaciones que se necesita trabajar con un grupo más pequeño que todo el colectivo, y no se quieren elegir a esas personas por invitación para evitar criterios arbitrarios o sesgos de selección. Una de las ventajas de este mecanismo es la rapidez con que se puede implementar. Combina agilidad con legitimidad, dado que es difícil aducir motivos para cuestionar la imparcialidad del procedimiento.
El efecto de serendipia es muy interesante para muchos procesos o tareas. El factor sorpresa, y de misterio, que aporta lo aleatorio, puede ser bastante atractivo. Es un elemento con el que las empresas pueden jugar dentro del menú de opciones que se crean en las interfaces de los productos. Por ejemplo, a muchos usuarios les gusta poner en modo “aleatorio” la selección de canciones en sus playlists de Spotify y otras aplicaciones para escuchar música porque de ese modo evitan repetir demasiado las mismas pistas, y disfrutan el hecho de que “alguien” externo les sorprenda.
Recuerda Yochai Benkler que: “un tipo de proceso que comúnmente consideramos justo, independientemente del resultado, es aquel que depende del azar, como ganar una lotería”. Dado que el proceso es aleatorio, el sistema en su conjunto se considera en cierto modo justo.
Según explica Amalio Rey, en su blog de Inteligencia colectiva, la elección al azar tiene varias ventajas:
Por otra parte, si el aumento de las combinaciones aleatorias es primordial para la generación de ideas rompedoras, tiene sentido introducir de forma intencionada la aleatoriedad en nuestro patrón de pensamiento. Por paradójico que parezca, existen formas estructuradas de hacerlo.
A nivel individual, una forma es mediante la unión al azar de dos o tres palabras del diccionario. O si se quiere, entre una palabra que resuma el producto, servicio o proyecto empresarial que se quiere innovar y, otra, escogida al azar, de un libro, revista o publicación cualquiera. Esta técnica la utilizan muchos escritores para salir de bloqueos creativos porque ayuda a romper las barreras asociativas y a “buscar lejos”.
A nivel grupal, puede provocarse la combinación aleatoria entre miembros de un grupo muy heterogéneo a los que se les invita a conversar sin un guión previo con el objetivo de descubrir intereses convergentes. En ambos casos el factor-suerte anula la tendencia natural a “buscar cerca” o a primar la afinidad sobre lo desconocido.
Hay muchas maneras de implementar mecanismos aleatorios, o sea, elegir al azar entre opciones. Desde los más complejos a los más simples. El más primitivo y mecánico sería el de la lotería. A cada miembro de la población se le asigna un número. Todos los números se colocan en un recipiente o un sombrero y se mezclan. Con los ojos vendados, se van sacando las etiquetas con números. Todos los individuos que tengan los números extraídos son los elegidos. Otra forma sería que un ordenador haga la selección al azar. En el caso de poblaciones con pocos miembros, es aconsejable utilizar el primer método, pero si tiene muchos miembros, es preferible una selección aleatoria por ordenador.
Para trabajar este molde te invitamos a hacerte estas preguntas pensando siempre en tu organización o proyecto de empresa:
Para ayudarte en la reflexión y el uso de este molde, inspírate en los siguientes ejemplos:
Forzando oportunidades y conexiones inesperadas
vending de libros antiguos elegidos al azar
elección aleatoria de representantes
un dispositivo para evitar la discriminación
deliberación ciudadana por muestreo aleatorio