E45_5-SLOW WALKING

SLOW WALKING

La empresa turística que propone viajar caminando

Slow Walking es una agencia de viajes poco convencional, ubicada en San Sebastián, que propone viajar caminando de una manera diferente y respetuosa. Para ello aplica la filosofía que lleva su nombre. Todos los viajes que organiza son caminando. Pueden añadir una furgoneta o transporte para llevar el equipamiento de apoyo, pero los viajeros van caminando.   

Su propuesta es viajar “leyendo el paisaje, charlando con las gentes que se cruzan en el camino, alojándose en negocios locales, consumiendo productos de la tierra y participando de su cultura gastronómica”, huyendo de las prisas por consumir sitios, lugares y monumentos.

Con esta filosofía, los servicios que se consumen a lo largo del recorrido se han escogido para que aporten valor añadido al viaje y al viajero.  Además, todos los proveedores han sido cuidadosamente seleccionados atendiendo a sus compromisos con la sostenibilidad.

Según se definen, son “un equipo de artesanos del turismo de naturaleza”. Además, son especialistas en territorio: la actividad que han trabajado desde el año 1983 ha estado íntegramente ligada al territorio. Además de ser senderistas, realizan trabajos técnicos sobre senderismo y análisis de los territorios.

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E45_4-EMME STUDIO

EMME STUDIO

Estudio de arquitectura de interiores y diseño de negocios basado en el Slow Design

Emmme studio es un estudio de arquitectura de interiores y diseño para negocios basado en el llamado “Slow Design”, un movimiento creativo surgido en los años 90 que reformula los planteamientos del diseño para pasar a tener en cuenta a las personas y a la naturaleza antes que al propio espacio.

Nace en Madrid a partir de una idea compartida: el proceso de diseño convencional está obsoleto. El equipo está compuesto por Ana, Lara y Nahia, arquitectas especializadas en interiorismo slow. Creen que es el momento de cambiar la manera de hacer y ver las cosas en el mundo del diseño. Es la hora de compartirlo con las personas.

Este concepto trata de situar al cliente en el centro del diseño. Busca el equilibrio, el punto justo y el gasto útil, guiados por la ecología real y la economía, y centrados en las necesidades reales presentes y futuras.

Te recomendamos estos dos artículos para conocer más de esta empresa, y cómo aplica los preceptos del “Slow Design” al negocio del interiorismo:

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E45_3-EDUCACIÓN LENTA

EDUCACIÓN LENTA

El aprendizaje a su debido ritmo

Para algunos expertos, existen nuevas formas de enseñar y aprender basadas en otros principios y con objetivos diferentes. Una de ellas es la denominada “educación lenta”.

La “educación lenta” es un movimiento pedagógico surgido en 2002 que propone desacelerar los ritmos educativos para adaptarlos a los ritmos de aprendizaje del alumnado. Esta corriente tiene en cuenta los resultados, pero también el proceso y se enmarca dentro de una forma de entender la vida. En este sentido, los ritmos de aprendizaje pueden tener vinculación con los siguientes factores: edad, madurez psicológica, motivación, preparación previa, dominio cognitivo de estrategias, uso de inteligencias múltiples, etc.

Si bien este movimiento nos puede parecer una novedad a nivel educativo, sus ideas principales vienen de lejos. Los antiguos ya nos advertían del conflicto entre la velocidad (cronos) y el tiempo necesario para hacer las cosas correctamente (kairós). Filósofos como Platón o Aristóteles ya nos alertaron sobre los peligros de la formación compulsiva o sobre lo importante que es gestionar nuestro propio ocio y tiempo para nosotros mismos. Otros referentes pedagógicos como Rousseau, Piaget o Dewey teorizaron sobre la necesidad de adaptar la educación del niño, de no sobrecargar los planes de estudio y sobre no “quemar” fases, recalcando que el niño no es un adulto en miniatura, si no un sujeto específico que necesita un tiempo para su aprendizaje. De esta forma, no deberíamos llevar al terreno de la infancia el competitivo mundo de los adultos ya que, como dijo Paulo Freire, sobrecargar de tareas no deja ser niño.

Aún con estos referentes, el “slow schooling” no tomó cuerpo hasta inicios del nuevo milenio. En el año 2001, el decano de Harvard, Harry Lewis, publicó una carta a los nuevos estudiantes con el título de “Ir más despacio”, alertado por la demanda de algunos estudiantes de poder completar antes los estudios universitarios. Al año siguiente, el pedagogo Maurice Holt publicó el manifiesto “slow schooling” que alertaba sobre la uniformidad de currículos, la acumulación memorística de contenidos y la estandarización de pruebas. Por el contrario, propugnaba el estudio a un ritmo más lento, la interrelación de conocimientos y la profundización en los temas.

Así pues, estas ideas fueron calando y comenzaron a establecerse diferentes escuelas que tienen estos preceptos en mente: la escuela Apple Tree en Japón, las escuelas Waldorf (que ya podemos encontrar en nuestro país) o el propio modelo educativo finlandés son deudores de las ideas Slow.

Quizás la principal dificultad a la que deben hacer frente los partidarios de la educación lenta es el sistema educativo y sus herramientas para cuantificar la educación. Actualmente, los resultados académicos y los instrumentos que los miden (notas, exámenes, deberes…) son fundamentales para determinar el éxito o fracaso de la educación. Así pues, ¿cómo se enmarca la educación lenta en este contexto?

Joan Domènech, en su libro  «Elogio de la Educación Lenta«, aporta muchas ideas interesantes para completar nuestro conocimiento sobre esta corriente, e intentar aplicarla en el diseño de los procesos de aprendizaje.

Algunos centros educativos ya aplican estos principios, incluso sin enmarcarlos en esta nueva corriente pedagógica. Lo importante es encontrar el equilibrio e introducir aquellos aspectos que pueden resultar más interesantes para el desarrollo integral del alumnado.

Fuente: Educaweb y Aula Planeta

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E45_2-SLOW FASHION

SLOW FASHION

La moda lenta, más auténtica y sostenible

El término “Slow Fashion” fue acuñado por la investigadora y activista del diseño Kate Fletcher en el año 2007, cuando publicó un artículo en el sitio web The Ecologist. En él, afirmaba que «lento no es lo opuesto a lo rápido, no hay dualismo, sino un enfoque diferente en el que los diseñadores, compradores, minoristas y consumidores son más conscientes de los impactos de estos productos en los trabajadores, las comunidades y los ecosistemas«.

No es una tendencia de temporada, sino un movimiento en favor de la moda sostenible que está ganando cada vez más adeptos. Este movimiento se basa en los mismos principios que el de la comida lenta (Slow Food), como alternativa a la ropa producida en masa (es decir, la Fast-Fashion). Inicialmente, el movimiento procuró rechazar toda la ropa producida masivamente, refiriéndose sólo a ropa hecha a mano, pero se ha extendido para incluir muchas interpretaciones y es practicado de varias maneras. ​

Algunos ejemplos de prácticas de “moda lenta” son estos:

  • Oponerse y boicotear la moda producida masivamente (Fast-Fashion o McFashion)
  • Elegir productos artesanales para apoyar a los negocios pequeños, el comercio justo y las prendas hechas localmente.
  • Comprar ropa de segunda o vintage y donar la ropa que ya no se quiere.
  • Elegir ropa hecha con telas producidas sostenible y éticamente o recicladas.
  • Elegir prendas de calidad que durarán más tiempo, trascienden las tendencias (un estilo “clásico”), y son reparables.
  • Hacerse la propia ropa: reparar, personalizar, alterar, y alargar el ciclo de la ropa propia.
  • Bajar el consumo de ropa: comprar menos prendas y con menor frecuencia.

El movimiento Slow Fashion es una representación unificada de todos los movimientos de moda sostenible, eco, verde, y ético. Promueve la educación acerca de la conexión e impacto de la industria de la ropa en el ambiente y el agotamiento de los recursos, busca desacelerar la cadena de suministros para reducir el número de tendencias y temporadas, promover la producción de calidad y devolver un mayor valor a las prendas que remueva la imagen de desechable que tiene la moda. Busca primar la calidad sobre la cantidad.

La «moda lenta» propone que los compradores sean más conscientes de las prendas que consumen, ya que la idea es adquirir piezas producidas con materiales de buena calidad y confeccionadas en un tiempo prudente, al contrario de lo que suelen hacer las marcas de «fast fashion», que en sus sucursales presentan nuevas colecciones cada dos semanas.

El «slow fashion» hace que las prendas tengan una mayor duración en el clóset del comprador, ya que no se deterioran con facilidad y, además, el consumidor paga un precio justo con respecto al trabajo que realizó el diseñador al confeccionar la ropa. Esto último se relaciona directamente con las precarias condiciones laborales de quienes confeccionan las prendas de las compañías de «moda rápida», ya que al tener un ritmo de producción tan veloz, estas necesitan llenar sus colgadores con nuevas colecciones.

Un claro ejemplo de esto es la muerte en 2013 de más de mil personas en un edificio en Bangladesh, el que colapsó porque sus instalaciones se encontraban en deficientes condiciones. El inmueble albergaba cuatro fábricas textiles, varias de las cuales producían prendas para marcas de retail conocidas a nivel mundial.

Lo que hace el ‘slow fashion’ es volver a lo antiguo, en el sentido de proponernos determinados tipos de prendas que no necesariamente estén de la mano de las tendencias, que tengan la capacidad de ser atemporales y heredables.

Fuente: Emol.com

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E45_1-SLOW FOOD

SLOW FOOD

A fuego lento todo sabe mejor

En contra de la cultura del Fast Food, el movimiento conocido como Slow Food promueve el disfrute de los productos regionales y las comidas tradicionales, cuyos ingredientes en muchas ocasiones se cultivan de forma respetuosa con el medio ambiente. Promueve también disfrutar de esas comidas en compañía de otros. Al mismo tiempo, trata de defender la diversidad de los cultivos y las materias primas.

El movimiento reúne a más de 80 mil miembros en 50 países, que están organizados en numerosos grupos locales. Algunas veces actúan bajo el logotipo de un caracol, y su filosofía es preservar y apoyar modos de vida tradicionales.

En cierto sentido, esta tendencia no es más que recuperar la tradición de “comer como toda la vida”. Elegir ese restaurante que nos va a encantar y estar dispuestos a vivir y disfrutar de una experiencia única. Sentarnos a la mesa sin prisa, sin necesidad de pedir corriendo y exigir al personal del restaurante que corra sin parar, comer con pausa, con calma, disfrutando de cada plato y de cada bocado de una cocina hecha también y, sobre todo, con mucho mimo, con cariño y sobre todo, lentamente, sin prisa, porque como decían nuestras madres y abuelas: A fuego lento, siempre a fuego lento, todo sabe mejor.

La aparición de cada vez más restaurantes que siguen esta filosofía nos indica que puede ser un modelo rentable. Seguramente nos sorprenderían los resultados, pero es que estamos tan agotados de correr, de estar estresados, de pasar por la vida de puntillas, que queremos bajar el ritmo. Por eso ahora está tan de moda también lo vintage, porque queremos volver al antes, a estar desconectados del mundo, a ir más despacito y por eso, un restaurante Slow-Food, si se hace bien, si se pone en el lugar adecuado, si se elige la comida con tiento y se pone todo encima de la mesa para que sea una auténtica experiencia Slow-Food y así se transmite, será un gran éxito porque cada vez tiene más hueco en el mercado y más público adepto.

Aquí te dejamos tres artículos con más información sobre restaurantes fast-food en funcionamiento, y cómo prestan sus servicios:

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E42_6-SOCIAL BITE

SOCIAL BITE

Ayudando a las personas sin hogar

Social Bite se ubica en Reino Unido. Fue fundada por Josh Littlejohn y Alice Thompson en 2012. Es un restaurante de sándwiches con un claro enfoque social:  ayudar a las personas sin hogar. Para hacerlo, dona el 100 por ciento de sus ganancias a organizaciones sin fines de lucro, y tiene un programa de alimentación a personas sin hogar.

Social Bite tiene la misión de construir un movimiento de colaboración para terminar con la falta de vivienda en Escocia. Para hacer eso, trabaja para hacer que las casas estén disponibles para las personas sin hogar, e integrar a estas personas vulnerables y marginadas nuevamente en la sociedad.

Estas son algunas de sus líneas de trabajo:

  • Alimentos: Provisión de alimentos y programas de participación para personas sin hogar: Distribuyen más de 140 mil artículos de alimentos y bebidas calientes cada año a las personas más vulnerables de Escocia. Las personas en situación de indigencia y pobreza alimentaria están invitadas a la cadena de tiendas de bocadillos para disfrutar de comida hecha a mano y su sabroso café durante todo el día. También abren por las tardes para una serie de eventos de “Cenas sociales”. Estos incluyen noches «solo para mujeres» y noches para refugiados. También llevan a cabo un restaurante de empresa conjunta, llamado Vesta Restaurant and Bar, que abre exclusivamente a personas sin hogar todos los lunes por la tarde para una comida de dos platos gratis.
  • Empleo: Tienen un equipo de gestión dedicado de forma permanente. 1 de cada 3 personas del equipo son personas que han padecido antes problemas de vivienda. Según su experiencia, un trabajo puede ser increíblemente transformador porque da un propósito en la vida. En Social Bite son pioneros en la forma en que las personas usan el empleo como el medio central para reintegrarse en la sociedad y mantenerse a sí mismas.
  • Navidad: Cenas de Navidad y regalos para personas sin hogar. Cada año abren sus tiendas en la víspera de Navidad y el día de Navidad para que las personas en situación de indigencia y pobreza alimentaria vayan a hacer una comida navideña y sentir que tienen compañía. También entregan una gran cantidad de regalos a niños sin hogar, familias e individuos en Navidad.
  • Vivienda: The Social Bite Village se lanzó en mayo de 2018 y ofrece alojamiento seguro para personas sin hogar, creando una alternativa a las soluciones de alojamiento temporal subestándar e ineficaces que existen. Es un proyecto que combina un modelo de vivienda innovador, que utiliza terrenos vacantes propiedad del consejo, junto con un entorno comunitario compatible. El proyecto está completamente orientado a romper el ciclo de la falta de vivienda y dar a los residentes caminos para obtener empleo y vivienda permanente. Este es un proyecto llevado a cabo en asociación con una organización benéfica llamada los Cyrenianos.

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E42_5-LA HUERTA DE MONTECARMELO

LA HUERTA DE MONTECARMELO

Integración de personas con discapacidad intelectual

La Huerta de Montecarmelo trabaja para fomentar la integración socio-laboral de personas con discapacidad intelectual y a su vez, ofrece la posibilidad de alquilar huertos urbanos, en el centro de la ciudad de Madrid, que unen a la población con la naturaleza, la agricultura, el campo y la alimentación sana y sostenible. Los huertos están cuidados por empleados con discapacidad intelectual que trabajan para ofrecer una atención y un mantenimiento a todas las necesidades de éstos. De la unión de estas dos actividades, surgen huertos urbanos y solidarios en las ciudades.

La idea de Sandra Carretié, fundadora, toma forma a causa de tres necesidades. La primera es que el ritmo de vida actual, especialmente en grandes ciudades, aleja el individuo de la naturaleza, lo que provoca una sensación de alienación. En segundo lugar, las personas con discapacidad intelectual tienen muchas dificultades para acceder al mercado laboral ordinario. En 2013, el 35% de ellas no podía encontrar ningún tipo de trabajo. Por último, existe una desconfianza general en torno a las capacidades de trabajo de las personas con discapacidad, siendo por otro lado el trabajo uno de los principales motores para el desarrollo personal de estas personas.

La Huerta está sostenida por el trabajo de personas con discapacidad intelectual, formadas como horticultores y viveristas, que realizan el mantenimiento de los 200 huertos que tenemos a disposición del público. Además, cuidan el entorno de los jardines de la Fundación, los del Club de Pádel y Tenis, y los de la Quinta de la Muñoza, ubicada en El Pardo.

Al cuidar huertos urbanos con el asesoramiento y la ayuda de personas con discapacidad, los ciudadanos de Madrid crean una relación con la tierra y aprenden a conocer las personas con discapacidad intelectual. Valoran su trabajo y pericia en el tema y los productos que les ofrece la tierra. Este trabajo tiene efectos terapéuticos positivos sobre los empleados también: su autoestima y autodeterminación aumentan. La Huerta de Montecarmelo es una comunidad tolerante y tranquila que vela por el desarrollo de todos sus participantes.

Una vez al mes organizan El Mercado del Campo que es una iniciativa puesta en marcha para pasar una bonita jornada de campo en la ciudad comprando alimentos ricos y naturales y disfrutando del entorno de los huertos urbanos.

Puedes ver este vídeo que describe el funcionamiento de la Huerta.

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E42_4-OLIBERTÉ

OLIBERTÉ

Calzados hechos en África con Comercio Justo

Oliberté es una marca de zapatos y bolsos que posee y opera la primera fábrica certificada, en 2013, de Comercio Justo del mundo, con sede en Addis Abeba, Etiopía.

La compañía fue creada en 2009, por el emprendedor canadiense Tal Dehtiar, como una pequeña empresa de calzado que se asoció con varias fábricas y proveedores, hasta que obtuvieron el impulso suficiente para abrir su propia fábrica en 2012. Su “razón correcta” era crear empleo de calidad a través de la fabricación de productos de calidad en el corazón de África.

Por cada par de zapatos vendidos, todos los trabajadores en la fábrica ganan un porcentaje del costo,  y cuando un producto sale de la fábrica, se considera vendido. Este ingreso adicional se paga directamente a una cuenta especial de trabajadores, lo que permite a los trabajadores decidir colectivamente cómo gastarlo. Los trabajadores también pueden votar para tomar los dólares de la prima de Comercio Justo como un bono en efectivo, que a menudo es equivalente al salario de un mes entero o más.

Oliberté es una compañía social que apoya los derechos de los trabajadores en el África Subsahariana, y cuya principal misión es crear empleos para mujeres africanas. Sus productos (principalmente bolsas y zapatos) son fabricados en Etiopía con prácticas éticas y ecológicas.

Se describen así: Oliberté es una marca sostenible que apoya los derechos de los trabajadores en África subsahariana. Creemos en el empoderamiento, la transparencia y en hacer lo correcto para todos. Esto significa fabricar productos de calidad superior con una garantía de por vida, y significa tratar a cada empleado, en cualquier parte del mundo, con respeto.

Hoy la marca Oliberté Footwear encandila con sus colecciones de calzado y equipaje Made in África. Ellos explican que el modo en que fabrican sus zapatos (revestidos con cuero de cabra)  y se cose a la suela (de crepé de caucho natural) responde a una forma de trabajar totalmente autóctona, que garantiza su larga vida. La historia se remonta al calzado tradicional de los Khoisan (o Joisán).

Utilizan un cuero de vaca y cabra de primera calidad de Etiopía. Libre y libre de hormonas. Procedente de curtiembres locales. La curtiduría principal tiene el único sistema de reciclaje de cromo del mundo. La goma que usan proviene de caucho natural procedente de países africanos como Liberia, Sudáfrica, Kenia y Etiopía, según disponibilidad. Las máquinas para fabricar caucho y los moldes de suela se obtienen en África (Sudáfrica). Las etiquetas y plantillas están hechas en Mauricio, y toda la tela utilizada en bolsas se obtiene localmente.

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E42_3-THE BODY SHOP

THE BODY SHOP

Contra la experimentación animal y en favor del uso responsable de las materias primas

The Body Shop es una marca de cosmética con miles de tiendas en todo el mundo y que desde su creación en 1976 ha destacado por ser una empresa con unos fuertes valores. Llevan más de 40 años luchando contra la experimentación animal en el sector, promoviendo el uso responsable de materias primas para cuidar el ecosistema, y apoyando a las comunidades de Comercio Justo obteniendo todos sus ingredientes de forma ética.

Esto afirmó la fundadora de The Body Shop, la conocida Anita Roddick: “creo firmemente que una empresa puede ser divertida, se puede llevar con amor y puede tener un impacto positivo en el mundo y en la sociedad”. Su historia empezó en Brighton, Inglaterra, en 1976. La filosofía del negocio era simple: sus cosméticos además de evitar los experimentos con animales, eran elaborados con productos naturales.

En 1987 lanzó la iniciativa “Comercio con Comunidades”, un programa de Comercio Justo pionero en la industria de la belleza. El primer producto de comercio justo de The Body Shop fue un masajeador de pies fabricado por Teddy Exports, un distribuidor del sur de la India. Gracias a la colaboración con The Body Shop, la Teddy School abrió sus puertas en 1994 para que los niños de la zona tuvieran la oportunidad de recibir una educación.  Hoy en día, la empresa tiene proveedores en más de 20 países de todo el mundo de los que obtienen los ingredientes para sus productos. El comercio que practica ayuda  a preservar las técnicas tradicionales y beneficia a las comunidades locales.

El programa “Ethical Trade” busca mejorar las condiciones de los trabajadores en su cadena de distribución, asegurándose de que no se abuse de sus derechos humanos. Los proveedores deben firmar el Código de Conducta de The Body Shop, el cual se basa en estándares internacionales de trabajo y mejores prácticas.

En 1997, The Body Shop fue la primera empresa cosmética internacional reconocida con el Estándar de Cosméticos Humanitarios (Humane Cosmetics Standard), respaldado por los grupos de protección animal internacionales más importantes.

Una línea de trabajo relevante es su lucha contra la experimentación en animales. Luchan por una industria cosmética sin crueldad en animales desde 1989. Primero, contribuyeron a que se prohibiese la experimentación con animales en el Reino Unido. Luego, para que la UE hiciese lo mismo. Después, llevaron esa petición a las Naciones Unidas para que esta práctica desaparezca en el mundo.

En 2006 la empresa fue comprada por L’Oreal, una compañía que ha sido criticada por probar con animales y por su estilo de publicidad, que explota la sexualidad de las mujeres. Clientes y analistas se sintieron ofendidos por esta compra, alegando que no se alineaba con la ética de la empresa, ni de su fundadora. The Body Shop aseguró que sería manejada independientemente, sin cambiar sus valores. Después de ser adquirida por L’Oreal la marca perdió tal vez un poco de esta credibilidad, pero lo cierto es que continúa sus estrategias de sustentabilidad y campañas sociales. Después, en junio de 2017, L’Oréal acordó vender la empresa a la compañía brasileña Natura por £ 880 millones.

A pesar de estas críticas, nadie puede dejar de reconocer la capacidad pionera de esta empresa de impulsar el activismo social dentro de un sector, el cosmético, en el que no destacaban los fuertes valores.

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E42_2-LONDON BIKE KITCHEN

LONDON BIKE KITCHEN

El

London Bike Kitchen no es una tienda de bicicletas, tampoco una de reparaciones, ni siquiera un taller tradicional. Es un taller DIY (“hazlo tú mismo”) de bicicletas que le ofrece a sus asistentes la capacitación para arreglar y construir sus propias bicicletas. También ofrece cursos sobre mecánica y mantenimiento, además de sesiones sobre primeros auxilios.

Fue fundado por Jenni Gwiazdowski, una emprendedora social que comenzó a incursionar en los negocios DIY cuando se percató que no existía un solo lugar en Londres que le permitiera construir o reparar su propia bicicleta. De acuerdo con Jenni, uno de los principales objetivos de este espacio es fomentar en las personas las ganas de independizarse, de aprender, de atreverse a realizar las cosas por ellos mismos, que se sientan empoderadas y capaces de realizar y ejecutar cualquier cosa que se propongan.

El establecimiento cuenta con un taller de acceso abierto donde el cliente puede trabajar en su propia bicicleta bajo supervisión. Durante las horas de llegada, puede tener acceso a los puestos de trabajo, las herramientas, la lavadora de piezas enzimáticas Rozone y la ayuda de personal experto a £ 14 / hora. Siempre hay un mecánico disponible para responder a las preguntas y guiar a través del proceso de reparación de bicicletas. Venden también piezas y accesorios de más de 16 marcas comerciales.

Ese tipo de negocios DIY tiene como meta secundaria fomentar la inclusión y la equidad. Todo el dinero que entra al taller es utilizado para nuevas clases y compra de herramientas a favor de los usuarios de London Bike Kitchen.

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