The Body Shop es una marca de cosmética con miles de tiendas en todo el mundo y que desde su creación en 1976 ha destacado por ser una empresa con unos fuertes valores. Llevan más de 40 años luchando contra la experimentación animal en el sector, promoviendo el uso responsable de materias primas para cuidar el ecosistema, y apoyando a las comunidades de Comercio Justo obteniendo todos sus ingredientes de forma ética.
Esto afirmó la fundadora de The Body Shop, la conocida Anita Roddick: “creo firmemente que una empresa puede ser divertida, se puede llevar con amor y puede tener un impacto positivo en el mundo y en la sociedad”. Su historia empezó en Brighton, Inglaterra, en 1976. La filosofía del negocio era simple: sus cosméticos además de evitar los experimentos con animales, eran elaborados con productos naturales.
En 1987 lanzó la iniciativa “Comercio con Comunidades”, un programa de Comercio Justo pionero en la industria de la belleza. El primer producto de comercio justo de The Body Shop fue un masajeador de pies fabricado por Teddy Exports, un distribuidor del sur de la India. Gracias a la colaboración con The Body Shop, la Teddy School abrió sus puertas en 1994 para que los niños de la zona tuvieran la oportunidad de recibir una educación. Hoy en día, la empresa tiene proveedores en más de 20 países de todo el mundo de los que obtienen los ingredientes para sus productos. El comercio que practica ayuda a preservar las técnicas tradicionales y beneficia a las comunidades locales.
El programa “Ethical Trade” busca mejorar las condiciones de los trabajadores en su cadena de distribución, asegurándose de que no se abuse de sus derechos humanos. Los proveedores deben firmar el Código de Conducta de The Body Shop, el cual se basa en estándares internacionales de trabajo y mejores prácticas.
En 1997, The Body Shop fue la primera empresa cosmética internacional reconocida con el Estándar de Cosméticos Humanitarios (Humane Cosmetics Standard), respaldado por los grupos de protección animal internacionales más importantes.
Una línea de trabajo relevante es su lucha contra la experimentación en animales. Luchan por una industria cosmética sin crueldad en animales desde 1989. Primero, contribuyeron a que se prohibiese la experimentación con animales en el Reino Unido. Luego, para que la UE hiciese lo mismo. Después, llevaron esa petición a las Naciones Unidas para que esta práctica desaparezca en el mundo.
En 2006 la empresa fue comprada por L’Oreal, una compañía que ha sido criticada por probar con animales y por su estilo de publicidad, que explota la sexualidad de las mujeres. Clientes y analistas se sintieron ofendidos por esta compra, alegando que no se alineaba con la ética de la empresa, ni de su fundadora. The Body Shop aseguró que sería manejada independientemente, sin cambiar sus valores. Después de ser adquirida por L’Oreal la marca perdió tal vez un poco de esta credibilidad, pero lo cierto es que continúa sus estrategias de sustentabilidad y campañas sociales. Después, en junio de 2017, L’Oréal acordó vender la empresa a la compañía brasileña Natura por £ 880 millones.
A pesar de estas críticas, nadie puede dejar de reconocer la capacidad pionera de esta empresa de impulsar el activismo social dentro de un sector, el cosmético, en el que no destacaban los fuertes valores.