Otro ejemplo muy conocido es el de la desintermediación turística, donde los proveedores turísticos procuran acortar el canal de distribución de sus productos o servicios, prescindiendo lo más posible de los intermediarios y primando la venta directa al cliente final. Esto se hace desde los hoteles, hasta la red gastronómica y otros operadores de servicios turísticos que necesitan presencia directa.
Esta tendencia se extiende a los turoperadores y a los GDS (Sistemas de Distribución Global) que entran a competir en la venta directa a través de comercio electrónico, lo cual amenaza el negocio de las agencias minoristas tradicionales.
El sector turístico dice mucho de la capacidad de Internet para transformar estructuras muy rígidas.