Como se explica en el molde, los mecanismos aleatorios estimulan los descubrimientos afortunados. Como el método de selección es al azar, no existen filtros predeterminados, ni asociaciones limitantes, para que cualquiera de las ideas o personas pueda ser elegida. A más expertos somos, y más sabemos sobre algo, más probable es que tendamos a seleccionar el mismo tipo de personas o ideas.
Pongamos algunos ejemplos de cómo lo aleatorio puede activar posibles serendipias:
- Elección aleatoria de archivos de tu ordenador, al encenderlo, para generar ideas y conexiones fortuitas.
- “Recomendador de regalos”: A partir de unas categorías (o no), se proponen regalos elegidos al azar: “Total, en cuestión de regalos, el riesgo de acertar al azar es, a menudo, tan parecido al de elegir de forma racional”. La aleatoriedad aporta, en este caso, cierto misterio que cautiva.
- Selección de ficheros de fotografías o imágenes al azar, para intentar crear conexiones entre ellos que nos hagan más creativos en el resultado.
- “El ropero aleatorio”: Para no ponerte lo mismo, introduces un mecanismo que te permita elegir al azar una pieza de ropa que te vas a poner ese día, y entonces tienes que combinarla con otras (no tienes que romperte la cabeza desde un papel en blanco). Habrá citas o actividades donde la ropa tienes que “buscarla”, porque no quieres correr riesgos, pero en otras puedes jugar a “encontrarla”, según qué te recomiende el mecanismo.
- Técnica de palabras aleatorias para estimular la creatividad: Esta técnica resulta de gran ayuda para encontrar nuevas ideas y nos da un punto de vista diferente. La asociación de una palabra aplicada a una situación «fuera de contexto» genera nuevas conexiones en nuestra mente, produciendo con frecuencia un efecto «Eureka» instantáneo. Las entradas aleatorias pueden ser palabras o imágenes. Algunas técnicas para obtener palabras aleatorias son: 1) Escribir gran cantidad de palabras en tarjetas e introducirlas en una bola o caja. Cerramos los ojos y se van sacando aleatoriamente, 2) Abrir un diccionario o un periódico en una página al azar y escoger una palabra, 3) Usar programas informáticos específicos para obtener palabras al azar. Una vez escogida la palabra, debemos hacer una lista de sus atributos o asociaciones con la palabra. Luego revisamos cada uno de esos puntos y analizamos como aplicarlos al problema que está resolviendo. Casi cualquier palabra aleatoria estimulará ideas sobre el asunto.