We Are Knitters es una startup española que nació en 2011 de la mano de dos jóvenes emprendedores que «se lanzaron a la aventura de crear algo nuevo», explica Alberto Bravo, uno de sus fundadores. Se dedican a la lana y, en concreto, ofrecen a personas que no saben tejer la oportunidad de aprender y crear sus prendas.
Son intermediarios y ofertan un kit que incluye lana, agujas y un patrón. Además, en su web cuentan con una sección de tutoriales para que el proceso sea totalmente interactivo. A pesar de la crisis, en estos años han crecido y operan en España, Francia, Alemania y Estados Unidos, entre otros países.
Importan la lana de Perú, y arman los kits en España, desde donde los exportan. Dividen sus productos en varios niveles de dificultad para que pueda hacerlos todo el mundo. Sus modelos se inspiran de la calle, del Street style de los blogs, y los transforman en diseños aptos para ser tejidos. Hoy, los clientes de ‘We Are Knitters’ no solo tejen jerseys y bufandas, también gorros, trajes de baño, chaquetas y chalecos, mantas y accesorios como mochilas o bolsos.
Según explica en La Vanguardia, una fundadora de la empresa, una de las claves de su éxito es que en una sociedad digital como la actual en la que ya casi no se hacen cosas con las manos, tejer se ha convertido en un recurso contra la hiperconexión, «el yoga del siglo XXI». Según ella: “Hacer una cosa con tus propias manos crea una satisfacción tan grande que hace que lo pruebes. No solo tejer, sino otras manualidades están resucitando. Hay gente que se pone a tejer como una meditación con las noches, porque es más o menos mecánico y ayuda a desconectar».
Este efecto lúdico, de relax, es perfectamente extrapolable a otras actividades que siguen el patrón del “Hazlo tú mismo”.