Dos amigas llegan a una tienda de moda y, en lugar de comprobar en el probador si les quedan bien las prendas de nuevas colecciones, se colocan frente a un espejo que les superpone la ropa en una imagen virtual, les informa de sus medidas y les permite ver qué efecto visual causan.
Según un artículo de Consumer Eroski, esa no es una hipótesis irreal, y ya existe un prototipo probado con éxito en diversas tiendas de Los Ángeles y Nueva York. La realidad aumentada asalta las tiendas y los comercios web para enriquecer la información y la experiencia del usuario.
Cuenta, la misma fuente que, por ejemplo, probarse todo un catálogo disponible de gafas de sol sólo requiere de un ordenador con webcam y sistema operativo Windows. Basta con abrir la página oficial del fabricante y descargarse un software que permitirá, una vez instalado, que la cámara le tome las medidas al usuario. Después, con cuatro sencillas marcas sobre la pantalla podrá superponer su imagen y, en tiempo real, todos los modelos que fabrica esta compañía. El efecto es impactante, ya que se acoplan a la cara del usuario a medida que éste mueve la cabeza por la pantalla del ordenador.
Algunas tiendas ya han empezado a experimentar con esta tecnología para que los clientes se puedan probar el maquillaje de forma virtual. Una app que reconoce los rasgos faciales de las personas y aplica los diferentes tonos de maquillaje sobre la piel. De esta forma, no es necesario probar el producto directamente y permite probar distintos maquillajes de forma sencilla. La cadena de tiendas de cosmética Sephora ya empezó a implementar esta tecnología en sus locales. Ver vídeo.
Hay más ejemplos de aplicaciones de la RA en el comercio. Algunas compañías han diseñado un “espejo virtual” donde el cliente puede probarse su amplio catálogo gafas de sol de forma simulada a través de su web para ver cómo le quedan. Aquí tienes un ejemplo. Un caso aún más curioso es el probador de los relojes Tissot.